Wednesday, April 25, 2012

Hombres sin palabras

A menudo escucho decir a muchas mujeres que los hombres no son capaces de dar por terminada, personalmente,  una relación. Generalmente, agregan,  lo hacen dejando un mensaje de texto en el celular, una nota escrita sin demasiadas explicaciones o simplemente, desapareciendo. Al respecto escribí, hace un tiempo, la nota Desaparecidos en acción.


Foto: Yuri Samoilov - Flikr


Frente a esto que se plantea como un juicio emitido por mujeres que fueron “abandonadas” por sus parejas, decidí  indagar qué les ocurría a los hombres que tomaban esta actitud.


Para ello entrevisté a  hombres con diferentes profesiones, distintas realidades sociales, y las más variadas historias de vida. Los datos que obtuve, los detallo a continuación:

Todos, sin excepción, coincidieron que, a la hora de decidir dejar a su pareja, por los motivos que fuesen, se encontraban frente a la imposibilidad de sentarse frente a esa mujer y expresarle lo que les ocurría porque, sostuvieron, era imposible salir ilesos de la conversación;  dijeran lo que dijeran, siempre perdían.

Pedí que fundaran esta respuesta con hechos observables, a lo que contestaron:

1-    Si le digo que no la quiero más, no lo va a aceptar. Y traían ejemplos personales, de amigos o conocidos que lo habían hecho y que fueron socialmente defenestrados por estas mujeres que se sentían injustamente abandonas, usadas.

2-    Si hay otra mujer (ella tiene pruebas) y no se lo digo, va a insistir para que lo confiese jurándome que si se lo cuento, ella estará dispuesta a perdonar la infidelidad. Algo que es una falacia ya que,  en más o menos tiempo,  la mujer le hará pagar con creces la falta.

3-    Si se pone a llorar, no sabemos qué hacer. Muchos hombres se desesperan frente al llanto de una mujer porque los desborda emocionalmente.

4-    Decirle que estamos en duda con respecto de nuestros sentimientos, no lo consideramos una actitud masculina y aún así no significa que lo acepte;  insistirá, poniéndose en el rol de psicóloga, en conversar para aclarar nuestras dudas.

Frente a esta exposición, que describe una interpretación de algunos  hombres para enfrentar la acusación que hoy le hacen las mujeres, me pregunté qué les pasa a esas mujeres con las que se han relacionado.

1-    Por qué hay mujeres que no aceptan que el amor se termine?
Si la mujer busca relacionarse con un hombre desde la necesidad, sentirá que ese hombre está allí para completarla; de perderlo, significará que pierde una parte de ella y eso lo vivirá con sufrimiento por lo que hará lo que sea para retenerlo.

2-    ¿Puede una mujer aceptar una infidelidad?
Uno de los pilares de una relación es la confianza. La infidelidad hace que esa confianza se pierda y, difícilmente, se vuelva a recuperar. Lamentablemente, aquella mujer que buscó un hombre para llenar un vacío existencial, aceptará, en un primer momento y como un acto desesperado, esa infidelidad, pero le será  imposible sostener esa actitud en el tiempo; o se lo hará pagar a él o lo pagará ella a través de una enfermedad.

3-    ¿Para qué lloran las mujeres frente a un hombre?

La mujer, durante el patriarcado, debió vivir situaciones de control impuestas, por la figura masculina, a través del miedo. El personaje de la víctima, de la ‘’pobrecita’’, era interpretado por ella como una estrategia para calmar la ira masculina… y lamentablemente ese mecanismo aprendido, muchas lo siguen  usando. Por otro lado, el no poder aceptar que las cosas son como son y que no las puede controlar, le provoca enojo y angustia.

4-    ¿Por qué hay mujeres que asumen el rol de psicóloga con su pareja?
La mujer, por tener en su  cerebro el área de las emociones mayor que en el hombre y una escucha que también los supera, posee la capacidad de percibir, interpretar y asistir al otro, comprendiéndolo y conteniéndolo. El tema pasa cuando ese rol lo ejerce con su pareja sin que el otro lo pida y, lejos de respetarlo, lo invade. El hombre, a diferencia de la mujer, frente a un problema buscará aislarse y resolverlo, solo.

Dada  esta problemática, es necesario que la mujer revea para qué busca una pareja. Si lo hace desde la necesidad, siempre saldrá perjudicada porque sólo se encontrará con otro necesitado como ella.

La propuesta es que pueda trabajar sobre su historia personal, revisar  cuál fue la forma en que las mujeres de su familia (madre, abuelas, tías) se han relacionado con el hombre porque, solemos repetir la historia. Será necesario, entonces, entender que está presa en una trampa llamada destino y que, inconscientemente,  tenderá a repetir.

Y no es para eso que vino. Siempre tendrá  la posibilidad de cambiar su historia y de encontrar aquella que le  haga sentido, que le permita acceder a una vida digna y placentera. Para ese deberá comenzar el camino del auto cocimiento y la transformación personal.

Sanando la mujer herida que hay en ella, sanará también a todas sus ancestras… y cambiará su destino.




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